NICARAGUA: EJEMPLO MUNDIAL DE LOS DISPENSARIOS MARINOS. Por Pedro Pozas Terrados
El corazón de los más sensibles se encoge ante tanta miseria humana, tanta degradación medio ambiental, tantas energías perdidas en la propia destrucción de la humanidad. 29.000 niños han muerto de hambre sólo en unas semanas y en un solo punto concreto: el cuerno de África, Somalia. Pero estas muertes se extienden por muchos otros países, donde la pobreza y la desnutrición arrasan las vidas de millones de personas, ante otra parte de la sociedad mundial que vive en la saturación y el derroche de recursos naturales y alimenticios.
Esta estampa que degrada la imagen humana, donde las guerras prevalecen por intereses económicos, donde gobiernos corruptos permiten que su pueblo muera de hambre y pobreza mientras ellos viven despilfarrando y ciegos de poder, donde las multinacionales roban los recursos de los que mueren de hambre, ante la pasividad de un sistema capitalista y neoliberal que está amenazando la propia estructura social de la humanidad, es por desgracia, la estampa de un mundo que agoniza dentro de otro mundo infernal.
Con solo tener voluntad, una mente abierta y hueco en tus ojos para poder expulsar lágrimas de compasión, podríamos acabar con tanto sufrimiento y dolor que en muchos lugares es lo único que tienen en propiedad.
Desde hace sólo ocho años, se están recuperando las enseñanzas que nos dejó Rene Quinton, un sabio francés que salvó en Paris a miles de niños de morir desnutridos, y que en 1912, detuvo la epidemia de cólera en el Cairo (Egipto), sólo con el agua de mar. Si, sólo con este esencial líquido que abunda en nuestro planeta y que nadie usa por ignorancia, y que otros aún sabiéndolo, callan por intereses económicos.
No voy hablar de la vida de este gran hombre, ya que he escrito otros artículos sobre él y las propiedades del agua del mar. El lector puede si lo desea, profundizar en ello y encontrará numerosos escritos y estudios realizados por expertos y por OMDIMAR y AQUAMARIS, cuyo único objetivo es dar a conocer al mundo los trabajos de Rene Quinton y aconsejar la toma de agua de mar como complemento nutritivo, aliviador de enfermedades y de una forma totalmente gratuita. ¿Por qué? Porque el agua de mar es patrimonio de la humanidad y como tal, no se vende, se mima, se conserva y se utiliza en beneficio de todos los seres vivos.
Existen numerosas pruebas científicas que avalan la necesidad de la implantación de dispensarios marinos, lugares donde se distribuye agua de mar de manera gratuita para el consumo humano. También se da seguimiento a las enfermedades que el paciente tiene, en caso de haber médicos, naturistas o trabajadores de la salud previamente capacitados en el tema, hasta lograr la recuperación de la salud con el tratamiento exclusivo o complementario con agua de mar.
Millones de personas en el mundo que están sufriendo desnutrición, principal factor de riesgo de enfermedades como el cólera, se encuentran en las costas, frente a un mar que está deseando intervenir para paliar el sufrimiento humano. La materia prima está disponible para la mayoría de las personas y es gratuita… ¿por qué no se utiliza masivamente para mejorar el bienestar de la humanidad?
Nicaragua es el segundo país más pobre de Latinoamérica (el primero sin duda es Haití), lo que implica un 65% de desnutrición infantil y un insuficiente acceso de la población a los servicios de salud y a la adquisición de medicamentos. Por este motivo y gracias a la divulgación de AQUAMARIA y OMDIMAR sobre el uso terapéutico y nutricional del agua de mar, se han comprobado en Nicaragua los beneficios del consumo oral del agua de mar en la recuperación de la salud y la desnutrición humana y animal.
Esto hace de los dispensarios marinos de este país, un ejemplo mundial que cualquier científico o gobierno pueden comprobar in situ. No es un proyecto, ni un informe sobre un papel…
Existen más de 60 dispensarios marinos en Nicaragua que están en pleno rendimiento, coordinados principalmente por la Doctora María Teresa Ilari, médica internista de la Clínica Santo Domingo en Managua, y por la hermana Julie Marciacq, de la red de Medicina Natural de Cantera. En esta clínica, mensualmente se almacenan 6.000 litros de agua de mar, que son recogidos en la playa de Miramar, un lugar turístico de Nicaragua, por un camión cisterna de la Alcaldía como colaboración gratuita y solidaria con los dispensarios existentes. Son llevados a los depósitos de almacenamiento en la mencionada clínica. Desde este mismo lugar, se reparte el agua al resto de los dispensarios de Nicaragua y a todo aquel que quiera tomarla, ofreciéndosela de forma gratuita.
Más de 50 médicos, naturalistas, y terapeutas de otras ramas de la medicina, colaboran y recetan agua de mar como valor nutritivo, curativo y de prevención de numerosas enfermedades. Miles de pacientes salen beneficiados y curados por su consumo. Los casos clínicos se cuentan por centenares.
Los pacientes que son tratados por la doctora María Teresa Ilari, en un 95% de los casos son curados. Beben un promedio de medio litro de agua de mar diario. Se han comprobado sus efectos en numerosas patologías y enfermedades: de la piel, diabéticos, hipertensos, esclerosis, enfermedades cardiovasculares y otros cuadros médicos incluido el cáncer. En los archivos y expedientes de la Clínica Santo Domingo y de otros centros médicos de Nicaragua, centenares de casos clínicos demuestran sin lugar a dudas las propiedades curativas del agua de mar.
Para la ciencia oficial y el mundo, Nicaragua es un ejemplo viviente de lo que está ocurriendo con el agua de mar, es un ejemplo para otras poblaciones pobres y para una Comunidad Internacional que cierra los ojos ante la evidencia científica que supone la curación de miles de personas registradas clínicamente por médicos oficiales.
La Cruz Roja Internacional, Cruz Roja Española y Cooperación Internacional de España, a pesar de la petición de la Secretaria de la Reina Doña Sofía para que se estudie el tema del uso de agua de mar para detener la epidemia de cólera en Haití, tras una carta enviada por OMDIMAR, han cerrado los ojos ante las propiedades del agua del mar y no han movido un solo músculo para investigar la propuesta tal como pedía la Reina. De esta forma se hacen responsables y cómplices de las muertes de cólera en Haití. Otras ONGs como Mensajeros por la Paz también han cerrado sus puertas a esta posibilidad demostrada ya en Nicaragua.
Desde que en 2003, Laureano Domínguez visitó ese país y divulgó los conocimientos del sabio francés René Quinton, numerosos profesionales colaboradores de la doctora María Teresa Ilari han extendido el método marino a todas las ramas de la ciencia, en numerosas conferencias y congresos, dando a conocer las propiedades del agua de mar a Universidades de otros países de Latinoamérica.
El Centro de Diagnóstico Clínico de la sede Central del Ministerio de Salud, procesa y examina las muestras de agua de mar de forma gratuita para garantizar su potabilidad. No se han encontrado gérmenes patógenos para los humanos a pesar de recoger el agua de mar de la playa.
Poco a poco, los dispensarios marinos se siguen extendiendo en Nicaragua y cada vez son más los médicos que se apuntan a la terapia marina como medicina de choque y como coadyuvante de los tratamientos médicos.
El Doctor Jorge Reynolds Pombo, colombiano, inventor del marcapasos, profesor en numerosas universidades del mundo y de reconocida fama mundial, es uno de los asesores científicos de OMDIMAR. Impulsa ante la NASA las alternativas alimentarias basadas en agua de mar y plantas halófilas, propuesta que ONDIMAR ha desarrollado y mostrado al mundo de forma gratuita, apoyando de una manera incondicional el uso del agua de mar como nutriente, preventivo y curativo de enfermedades.
El IV Foro Mundial del Agua, celebrado en México, se pusieron sobre la mesa de debate cifras estremecedoras:
Más de 2.600 millones de personas que habitamos en el planeta, no tienen agua.
2.000 millones de casos de diarreas infantiles, matan 1,6 millones de niños al año. El 88% por falta de agua e higiene.
La falta de agua e higiene, y principalmente la desnutrición, son las reales causas de enfermedades infecciosas y parasitarias. El hábito de lavarse las manos reduce las diarreas en un 35%.
Las mujeres y niñas son acosadas sexualmente al tener que ir al campo abierto a cumplir sus más elementales necesidades fisiológicas.
Pues bien, el mar está esperando para acabar con la desnutrición, un mar infinito que da vida en lugar de muerte, esperanza en lugar de enfermedades, alegrías en lugar de tristezas. Pero como siempre, nos topamos con multinacionales interesadas para que esto no salga a la luz, políticos que no les interesa solucionar tan grave problema y sólo buscan un beneficio propio, científicos oficialistas y de cara cuadrada que no comprenden que de sus negativas a aceptar la evidencia, desprenden que estamos ante un muro acientífico impenetrable y destructor de los nuevos paradigmas que podrían aumentar el bienestar de la humanidad.
Nadie puede poner en duda lo que ocurre en Nicaragua y la necesidad de establecer Dispensarios Marinos en todo el mundo, así como el principio de gratuidad que debe imperar por ser el mar patrimonio de la humanidad.
Recientemente, Naciones Unidas ha establecido el agua como un bien común, necesario, imprescindible y de derecho para todos los ciudadanos del mundo. El agua de mar debe estar incluida en este mismo derecho y su consumo a de ser gratuito.
Los gobiernos mundiales deben aceptar, lo que ya demostró científicamente René Quinton en su época y, como hemos visto en Nicaragua, con los Dispensarios Marinos, que el agua de mar sea consumida por los ciudadanos que voluntariamente quieran hacerlo, y deben apoyar toda iniciativa para el beneficio de la sociedad.
Las ONGs y Cooperantes, tienen que llevar a sus objetivos de trabajo y ayuda, los conocimientos sobre el agua del mar y la puesta en práctica del método marino. No se necesita una gran estructura para hacerlo. Solo y simplemente, recoger agua de mar de las playas y llevarla a las poblaciones.
Los Oasis Marinos que además de servir como Dispensarios, son una fuente de recursos para la alimentación de los poblados y zonas de hambrunas, deberían ser por su bajo costo, objetivo principal para de todas las Instituciones Oficiales o Voluntarias y así combatir el hambre y la desnutrición.
Tenemos a nuestra disposición algo tan maravillosos como es el agua de mar, lugar en donde se originó la primera célula, el primer ser viviente, de donde procedemos todos los seres vivos. Se han demostrado científicamente sus grandes propiedades curativas…. ¿por qué dejar morir a millones de personas de hambre y enfermedades, cuando tenemos el mar, fuente de vida y salud a nuestra entera disposición y de forma gratuita? No consintamos que gobiernos y multinacionales nos roben este preciado líquido, elemento que el Planeta Tierra a puesto a disposición de toda la humanidad.
PEDRO POZAS TERRADOS (Nemo)
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